¿Quién te ha visto y quien te ve? Piensa un chabón frente al espejo exáminandose. Se acaba de levantar, tiene el pelo amotinado y los ojos para atrás. La resaca lo vigila desde la almohada vacía, mientras mete manotazos en el culo de la piba, que acostada boca abajo ni se entera esta dormida. Adivina adivinador: ¿quién hizo quilombo anoche? ¿quién prendió el televisor y perdió el control remoto? ¿por qué hay tanto vidrio suelto y todo de color marrón? y este olor a cenicero...¿de dónde mierda salió? Un candombe en la cabeza que no es para bailar, por más agua que le tira no lo puede hacer sonar, un tambor en las entrañas no para de repicar. Media vuelta rapidito y las manos a la pared, va a escupir un real envido y es mejor tenerse en pie, si le pifia al inodoro después tiene que limpiar. Ahora hay que encontrar la toalla, la que ayer dejó caer, la muy turra está escondida bien abajo del bidet. Si hay un Dios es aspirina, si hay un Cristo es un café. En la puerta está la piba, está un poco mejor que él, con sus dos tetas lo mira: "no soy yo quien vos queres, no te quemes la cabeza por un poco de placer." El chabón se queda solo, pero mal acompañado, la resaca y la fisura le pellizcan el costado y el bardero ese del vidrio no para hasta encabronarlo. Tanta cara de boludo te estás pareciendo a mi, si no fueras un reflejo diría que estoy ahi. No me aguanto la mirada, no estoy para discutir.
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